Estamos condenados a no saber nada, a no saber de
verdad, aun atados como estamos a la idea ilustrada de que el
conocimiento humano puede llegar hasta la última explicación. Para
quienes quieran combatir esta idea de lo imperfecto de nuestra
percepción, el reto siempre es el mismo: Italia. En el credo popular
más o menos cercano está siempre este país como un gran
interrogante, atractivo a la vez. Una tierra de enigma empeñada en
explicarse precisamente por lo inexplicable. Y no es cuestión de ser
ajenos, no pasa porque desde otro punto del planeta sea normal
ignorancia: ocurre también a los autóctonos.
Por afición, por admiración, por curiosidad y
por un inútil interés en comprender la Historia, hace ya unos años
que decidí leer mucho sobre Italia. De entonces a ahora he leído
mucho, aunque por supuesto haya podido sacar poco en claro: quizá
sepa aun menos que cuando empecé. Eso sí, me dije que los buenos
ratos que deja este misterio hecho país (un país sin verdad, que
escribió Sciascia) bien merecía compartir las lecturas con el
resto. Ahí van tres libros de Italia y sobre Italia, cada uno a su
manera, sin pasar por 'El Gatopardo' (una lectura obligada) ni el
mencionado Leonardo Sciascia (obligado también).
'Las mentiras de la noche' ('Le Menzogne della
notte'), de Gesualdo Bufalino. Si alguien me pregunta por mi libro
favorito éste siempre está entre los aspirantes. Con un tono de
obra clásica pese al momento en que apareció, 1988, trata un
momento histórico importante para Sicilia e Italia para dejar claro
que hablamos de una tierra donde nunca nada es lo que parece, y
donde cualquier palabra dicha o no dicha tiene un porqué a veces
impredecible.
'La concesión del teléfono' ('La concessione
del telefono'), de Andrea Camilleri. Con la maestría de un escritor
sobre el que pesa la sombra de ser comercial (¡pecado!), y el
handicap de estar ligado a la saga del detective Montalbano (tiene
muchos buenos títulos y algunos últimos más prescindibles), 'La
concesión...' es un libro que bien podría definirse como la vis
cómica de El Gatopardo. Todo un ejercicio de estilo donde asoma de
nuevo el perfecto manejo que Camilleri hace del lenguaje, las
situaciones, y esa manera suya de pintar personajes sin caer en la
parodia y sin desvirtuar la “sicilianidad” de todo el texto.
'Nápoles 1944', de Norman Lewis. Siempre es
bueno aprender de la mirada de un extranjero sobre una tierra. Lo
mejor de ser un país asombroso es que el asombro queda luego puesto
por escrito. De Goethe a Stendhal, por citar algunos, Italia es y ha
sido un material gourmet para la ficción y la no ficción. Nápoles
1944 es de estos últimos, la crónica que el británico Normal
Lewis hizo de su estancia en Campania durante la liberación aliada
de la región. Si Italia es el asombro hecho país, Nápoles es el
epicentro del asombro, un secreto tras otro. Lewis dibuja un paisaje
poblado de hambre y muerte, con una ciudad desolada por los
bombardeos. Los personajes reales que aparecen circulan entre lo
tierno, lo malvado y lo intrépido. Lewis también escribió una
historia de la mafia siciliana. 'La Honorable Sociedad'.